Monday, September 14, 2009

A mis 22 y 8 (27 dicen que aparento...)

Y se fueron nomas los 20 y pico...
Y llegaron los treint%&$...
Y como cuesta decir treint%&$...

Pero bue, escribamos que nos atropellan los años y no queremos llegar a los cuarenta sin tipeos.

Siempre pense que los treint%&$ me encontrarian de otra forma:
Me imaginaba mas pelado...
Me imaginaba mas gordo...
Me imaginaba mas arrugado...
Me imaginaba con 4, 5 o 10 hijos...
Me imaginaba un poco mas chinchi...
Sin embargo, en la Arg nada sale como lo planeas...

Y aunque ya no cierro los bares ni hago tantos excesos, no dudes en tirarme un centro a media altura: todavia me tiro de palomita...

Vasos, besos, manies y abrazos segun corresponda...
La Cancion del Cumple:

Romulo y Remo
Los Caballeros de la Quema

Dos negras dominicanas, una casa en la playa,
Tiempo que perder, doscientos don periñones,
Y la cara dura a prueba de chichones.
Secretos, amores, canciones más mejores,
Invitarlo a Marlon Brandon una noche a cenar.

Ganar un puto sorteo,
que la democracia no nos tome el pelo.
Ser más compinche de mi soledad,
No andar de oferta cuando vos no estas.

Un cuore que no tropiece
treinta y cinco veces con la misma piedra,
Un buen cáncer en los huevos
para los Galtieri, para los Massera.

Amigos, enfiesten; que me duren los dientes,
Poder olvidar cuando se me de la gana.
Que el cielo nos quede a mano,
Por si en el infierno no quedan más camas.
Venderme caro al peor postor,
Pensar despacio y con hambre de gol. Gol. Gol.

Queremos todos un poco mas de todo,
Dentro del "toco" y un poco además.
Diez kilos de sangre fría,
siempre en el bolsillo Un buena mentira,
tener suerte en los fracasos,
Y con los pecados buena puntería,
de postre un gran vino,
De entrada un buen ombligo,
un safari hasta las piernas de Graciela Alfano,
ser viejo cuando no duela y que la huesuda no me tenga en cuenta,
Que no te alcance lo que no te doy
Que no te sirva lo que nunca soy.

Venderme caro al peor postor, Pensar despacio con hambre de gol.
Queremos todos un poco mas de todo, Dentro del "toco" y un poco además.
Mira vos...

Wednesday, September 09, 2009

Mi Ultimo Cartucho

Tras leer unos libros de la coleccion el Capital Alatriste, y entre otros El Club Dumas, me puse a investigar en la web y encontre un Articulo, publicado en "EL l Semanal" el 18 de abril de 1999, el cual compartire con ustds, diganme si no se han sentido identificados tan solo un poco... yo como hijo, con mis 20 años, me eh sentido mas que identificado... creo k esto pasa hoy en dia en todos los hogares, y si de por casualidad, no tuviste esa suerte, tmb te invito a que lo leas, es un articulo muy lindo y ademas duro. Sin mas, les dejo el articulo.

Ya sé que va a ser jodido, amigo mío. Sé que presentarse a una entrevista de trabajo, a competir con otros más jóvenes y preparados, cuando tienes medio siglo de almanaque y canas en la cabeza, no será el momento más feliz de tu vida. Probablemente los fulanos de quienes depende tu destino sean niñatos de diseño, de esos que se creen que siempre van a ser jóvenes, y listos, e incombustibles, y desprecian a la gente sin adivinar que un día ellos mismos estarán con el cuello en el tajo. Tu experiencia les importa una mierda, eso ya lo sabes. Quieren jóvenes de veinte años sin cargas familiares, que hablen inglés y que parezcan que no van a envejecer ni a morirse nunca. Por eso te asusta pensar en lo de mañana. Miras a tu mujer, que plancha tu mejor camisa, y sientes que el miedo te agarrota el estómago. El día que dejó los estudios para casarse y seguirte en lo bueno y en lo malo, no imaginaste que ibas a terminar pagándole así. Mañana te pondrás esa camisa que ella plancha. Te la pondrás con una corbata y saldrás una vez más a probar suerte, con poca esperanza. Y es que tiene huevos. Has trabajado toda tu vida como una mala bestia, y verte en el paro a los cincuenta y cuatro, con hijos y con mujer a los que darles de comer, es como caer de pronto en el fondo de un pozo oscuro. Sé todo eso porque tu hijo, que es amigo mío, escribe de vez en cuando. O tal vez no es tu hijo quien escribe, sino que es otro hijo hablando de otro padre; pero en realidad se trata siempre de la misma historia. Y tu hijo me cuenta que la última vez estuviste un mes con la cabeza gacha, los ojos enrojecidos de haber llorado, sentado en el sofá como ausente, con la cara entre las manos, sin atreverte ni a salir a la calle de pura vergüenza. Te preocupa sobre todo lo que piensen tus hijos. Una mujer comprende, conoce y perdona. Los hijos, sin embargo, son crueles porque son jóvenes y todavía no saben lo que siempre se termina por saber. Los ves mirarte en silencio y crees que te desprecian por los años y por el fracaso. Por no salir nunca en el telediario. Por ser la estampa de la impotencia, la confirmación de que esta vida y este país son una piltrafa. Así que supongo que los hijos son lo peor. La mujer luego, al acostaros, te aprieta una mano antes de dormirse. Sabe cómo has peleado siempre, conoce lo que vales. Quizá sea la única que de veras lo sabe. Con ella la humillación es compartida. Es soportable. Y sin embargo, amigo, deberías leer la carta que me escribe tu hijo. Deberías comprobar con qué ternura y respeto habla de ti. Como sufre al saberse demasiado joven para serte útil, al no encontrar las palabras o los gestos adecuados. Porque ya sabes cómo es: torpe, desmañado, con esos pelos largos, siempre con la puñetera música a todo trapo. Con esas broncas que tenéis, y esa forma de vida suya tan diferente a la de tus tiempos, que te parece la de un marciano. Lo que no sabes es que cuando te ve derrotado en el sofá con la cabeza entre las manos, le quema la boca y le laten las venas porque desearía tener labia, ser capaz de ir hasta ti, tocarte, decirte lo que de veras piensa. Y lo que de veras piensa es que tengas ánimo, viejo, que no eres tan viejo, maldita sea, aunque él mismo te lo diga a veces. Que él no es tan crío ni tan bobo como parece, que sabe fijarse en las cosas que ve, y que te ha visto trabajar, e intentarlo una y otra vez, y querer a su madre y a él y a sus hermanos. Y sabe que eres el mejor, rediós, que eres la mejor persona, el hombre más decente y trabajador que ha conocido en su puta vida. Que eres su padre y lo serás siempre, tengas curro o no lo tengas. Que las mejores lecciones de su vida se las diste siempre y no con lo que decías, haz esto o no hagas lo otro, sino con lo que él te vio hacer. Y cuando, tarde o temprano, tenga que cerrarte los ojos -y ojalá te los cierre él- sin duda podrá decir en voz alta: “Era un buen padre y era un hombre honrado”. Así que, como dicen mis paisanos de Cartagena, no te disminuyas, amigo. Mañana te pones esa camisa planchada por tu mujer y te vas a la entrevista de trabajo con la cabeza muy alta. Y si no le gustas al niñato de turno, pues él se lo pierde y que le vayan dando. Y si fracasas otra vez, síguelo intentando mientras puedas. Y cuando ya no puedas más -que siempre se puede-, pues bueno, pues hasta ahí llegaste compañero. No hay nada deshonroso en el soldado que enciende un pitillo y levanta las manos, si antes ha peleado bien a la vista de los suyos. Si antes ha disparado su último cartucho.

Friday, September 04, 2009

No hay 2 sin 3

Una vez escuche decir a un tipo muy groso que la personalidad se forma entre los 4 y 6 años.
Y que es casi, como si fuera una programacion determinada, practicamente inmodificable.
Como se moldeó, es como es y es como seguramente va a seguir siendo.

O sea, hay una teoria que dice que si un comportamiento sucede una sola vez, es muy probable que nunca mas vuelva a pasar. Pero, si algo similar sucede por segunda vez, certeramente acontecerá tres, cuatro y hasta mil veces mas.

Es por eso, que cuando le sacas la ficha a alguien, realmente descubris como es: y te resignas a vivir con la mochila al hombro, y te quedas quietito esperando que pase la vida o pateas y tablero y te tomas el pire.

Nena, entendelo... si tu novio te mintio una vez, seguro lo volverá a hacer...